sábado, 21 de marzo de 2009

TEMPLO DE ARTEMISA



El templo de Artemisa se encontraba en la antigua ciudad de Éfeso, a unos 50 km al sur de la moderna ciudad portuaria de Izmir, en Turquía, en el valle a los pies de Ayasoluk.

Historia
El lugar sagrado de Éfeso era mucho mas antiguo que donde se fundó el santuario de Artemisa había sido ya objeto de veneración por las poblaciones locales que practicaban allí el culto a la Gran Madre o Cibeles, culto al que después se asimiló el de Artemisa.
La gran abundancia de exvotos, desde el siglo VIII a. C., demuestra un lugar de culto. El edificio más antiguo que corresponde a la primera fase, se trata de un altar, al que siguió la construcción de algunos templos de pequeñas dimensiones (naískois). De éstos, el que precede al templo arcaico fue levantado hacia el 600 a. C. Medía 14 x 28 m y estaba rodeado por un muro de cierre.
La construcción del edificio requirió muchísimo tiempo. Plinio el Viejo y Vitruvio afirman que los trabajos prosiguieron durante 120 años. y que fueron varios los arquitectos que los dirigieron. La primera construcción del templo data del siglo VIII a. C., y fue destruido por los cimerios.
El templo fue diseñado por el arquitecto griego Quersifrón, de la ciudad cretense de Cnosos y construido alrededor del año 550 a. C. a expensas de Creso, el poderoso rey de Lidia. Fue terminado por Metágenes, hijo de Quersifrón, con ayuda de Teodoro, el arquitecto del Hereo de Samos. El templo era respetado como lugar de refugio, tradición que se trasladó al mito con las amazonas que se refugiaron allí tanto de Hércules como de Dioniso.
El templo de Éfeso fue destruido por un incendio provocado por Eróstrato el 21 de julio del año 356 a. C., la noche que, se dice, nació Alejandro Magno.
Alejandro Magno nació la noche en la que el templo ardía. Más tarde, Alejandro ofrecería a los efesios costear su reconstrucción, a lo que aquellos se negaron. Sin embargo, el templo fue restaurado tras su muerte, en el año 323 a. C.Sin embargo, esta reconstrucción sería arrasada por los Godos en el 262, en tiempos del emperador Galieno.
A lo largo de los dos siglos siguientes la mayoría de los efesios se convirtieron al cristianismo y el antiguo templo perdió su interés religioso. Los cristianos derribaron los restos del edificio y reutilizaron los materiales para otras construcciones.
El lugar del templo fue redescubierto en 1869 por una expedición del Museo Británico. Aún pueden verse varias esculturas y artefactos, aunque de la séptima maravilla del mundo solo queda en pie una columna.
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